El precio de mi libertad...

Volver a casa significa volver a las mismas reglas de siempre aunque yo sea distinta, y algunas reglas de mi casa parecen del siglo pasado... Aunque otras cosas son definitivamente mejores!!

Ya probé la "libertad", llegar a la hora que quiero sin que nadie me ponga problemas por eso, o simplemente no llegar.  Ordenar y limpiar cuando se me antoja, lavar cuando quiero, cambiar la cama cada semana, 2 semanas o un mes sin que nadie me lo imponga... Y se siente bien pero después de un tiempo me di cuenta que el precio de esa libertad era demasiado alto para mi, estaba sola en mi propio gélido espacio, sin alguien con quien compartir mis alegrías, mis pesares o cualquier cosa insignificante que me había pasado durante el día... 


El precio de mi libertad se llama soledad y no quise pagarlo por mas tiempo.  Ahora que no estoy sola, ya no tengo las libertades que había ganado y también se siente frustrante pero de forma distinta, no duele, solo da rabia... Definitivamente prefiero la rabia de la libertad restringida que el dolor y la tristeza de la soledad...

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